a) Los amos tóxicos son insolentes, o sea, piensan que tienen una situación de supremacía, lo que los hace mejores que el resto, con independencia de de qué manera escogieron esa situación de supremacía, además de esto, el hecho de existir. los amos le dan licencia para lograr tratar mal al resto de los usados.
Por Angela Fresne, de Entrepreneur
Todos tuvimos jefes buenos, pésimos y «X». Los peores de todos son esos que crean un ámbito de trabajo tóxico. Son con los que la multitud está en el momento en que entra a la salón y no dejan salir a su aparato hasta el momento en que ellos desean.
¿Qué es un jefe tóxico?
Un jefe tóxico es alguien que no se preocupa por el confort de sus usados. O no tienes idea de qué manera tener una relación igualitaria con cada uno. Comúnmente emplea el temor como táctica para conseguir aprobación.
Su accionar puede ser útil para la administración en un corto plazo. Pero transcurrido un tiempo, los trabajadores se frustran y tienen un deber mínimo con la organización. Y a la primera ocasión, abandonan la compañía.
¿Qué llevar a cabo si tienes un jefe tóxico?
Primeramente, no poseas temor de comunicar tus sentimientos con el resto. Puedes meditar que puedes estar exagerando y, en verdad, lo que pasa no es tan grave como semeja. Comentando con otros compañeros y asegurándote de que no eres el único que se siente deteriorado por tu jefe, puedes reunir las fuerzas primordiales para terminar con el inconveniente. Además de esto, ten presente que cuanto mucho más grande seas, mucho más peso va a tener cualquier protesta que hagas.
Antes de tener éxito, puedes realizar un inventario de todas y cada una de las oportunidades en las que te sentiste humillado o molesto por tu jefe. En el caso de que desees desmentir la historia, deberás referirte a hechos específicos.
El dependiente al trabajo y el haragán
En este momento estamos con 2 géneros de jefes tóxicos que pertenecen a un mismo continuo, podríamos decir que tienen extremos opuestos. Por una parte contamos al dependiente al trabajo, un personaje que no posee vida fuera de la oficina y que desea estar ahí asimismo. Al revés, por otra parte, observamos al haragán, que siempre y en todo momento va a aguardar que hagas tu trabajo y asimismo el de él.
Al final, contamos una quinta parte tipo común de jefe tóxico, el jefe mandón insolente. Jamás vas a escuchar a personas con este perfil intentando de disculparse, pues son inútiles de cometer fallos. Además de esto, tienden a no oír a absolutamente nadie mucho más que a sí mismos.